La dispersión de los presos de ETA es un tema muy traído y manido.
Probablemente la sociedad, en una gran mayoría, vive de espaldas a esta situación muy injusta e inmoral, que ni siquiera les preocupa o lo ven muy lejano e irrelevante en los problemas de su día a día.
Vive de espaldas a una realidad que ningún jurista es capaz de entender ya. Probablemente viven de espaldas a esta situación porque no se han parado a comprender las consecuencias reales de tal medida. La dispersión golpea a las familias y tiene unas consecuencias perniciosas sobre ellas. Se produce un castigo “extra” añadido a la pena que el preso está cumpliendo en la cárcel.
¿Y si nos pasara a nosotros? ¿Y si conociera a personas a las que les pasa esto?
Las sociedades que avanzan éticamente son sociedades que no infringen dolor gratuitamente, sino que proporcionan sus castigos jurídico-penales a las acciones delictivas realizadas.
¿Qué sociedad queremos para nosotros y nuestros hijos e hijas? ¿Una sociedad que causa dolor sin razón, o una sociedad donde el delito se persigue y se castiga, pero el castigo es proporcionado?
Para conocer, para entender esta injusticia, dejamos aquí un pequeño pero muy significativo video. Merece la pena verlo: